domingo, 24 de marzo de 2013

LA CUARTA FASE DEL AMOR: LA INTIMIDAD



 
La ley de la intimidad declara que en la verdadera intimidad la carne se funde con la carne, y el espíritu con el espíritu. En la intimidad, la energía sexual y la energía espiritual se fusionan. La energía sexual es la energía creadora del universo. La intimidad es la unión de un cuerpo sutil con otro. En las fases anteriores esto todavía no era posible; la atracción alude a la unión sexual y la considera una fantasía de placer, el enamoramiento nos lleva más cerca de la fantasía, la comunión nos hace desearla más allá del breve encuentro entre dos cuerpos. Estas tres fases pueden ocurrir en menos de un día, aún durante la primera cita.
 
La intimidad pone a prueba la fantasía al unir de manera real a dos personas. Esto implica no solo tener sexo, sino tenerlo atravesando las fronteras que nos separan del otro, sin hacer del orgasmo un acto de satisfacción. Cada fase del amor implica sus retos. La intimidad es imposible cuando dos personas permanecen en la cama como dos seres; o sea, manteniendo sus límites aun en la unión. La intimidad se logra cuando dejamos atrás las fronteras. Esto sucede en otro nivel de energía, por lo que resulta necesario introducir un nuevo concepto: “El cuerpo sutil”.
 
El concepto de cuerpo sutil existe desde hace miles de años. Tiene muchos nombres: el primero, en sanscrito, es Sukshma Sharir. Otras tradiciones lo llaman el cuerpo de luz, el cuerpo de Dios, el Espíritu Santo, el aliento divino. Todos estos nombres se refieren al punto de unión, a la intersección que permite que el cuerpo y el alma entren en contacto. En tu cuerpo sutil eres tú mismo, y al mismo tiempo eres algo más que tú mismo. Sabes más, sientes más. Cuando entras a un cuarto y sientes que hay tensión entre las personas, cuando sabes que alguien es de buen corazón, cuando adivinas que algo va a suceder, todos estos fragmentos enigmáticos de la conciencia nos llegan a través del cuerpo sutil. De él también depende caer o no enfermo, ser o no amado, ser optimista o pesimista.
 
Para estar en intimidad con otra persona debes de compartir todo. No puedes simplemente explicarte en palabras o en acciones. Eventualmente, tu cuerpo sutil debe entrar en contacto con el del otro. En nuestra sociedad no usamos la frase cuerpo sutil, pero decimos “entregarse a alguien”. En los votos matrimoniales el hombre y la mujer se entregan el uno al otro. La entrega se da al nivel de su cuerpo sutil que es la única manera de darse al otro.
 
En la intimidad estamos en sintonía con la persona que amamos, tanto que sentimos su consuelo, sus emociones, podemos leer sus pensamientos y nos conectamos con sus intensiones. Esta unión también se conoce como incorporación o coherencia. Es una conexión de muchos niveles: sensual, sexual, emocional y espiritual. El cuerpo sutil nos comunica con cada uno de ellos. Para abrir los canales de comunicación necesitas desprenderte de ideas socialmente programadas sobre las relaciones a nivel físico, sexual y espiritual. Sobre esto, me gustaría compartir los siguientes hallazgos respecto de la energía sexual y como nos aproximamos a ella espiritualmente, al sentirnos preparados para estar en la intimidad con el ser amado.
 
·         La energía sexual es la energía fundamental y creativa del universo. Todas las cosas vivas provienen de ella. En los animales y otras formas de vida, la energía sexual se expresa como creatividad biológica. En los seres humanos, es creativa en muchos niveles: físico, emocional y espiritual. Cuando sentimos atracción, excitación, despertar, agudeza mental, pasión, interés, inspiración, emoción, creatividad o entusiasmo, la energía sexual está activa. Cuando experimentamos estos estados de conciencia, debemos poner atención a la energía que sentimos y nutrirla, vivirla con alegría, manteniéndola presente en nuestra conciencia.
·         El deseo sexual es sagrado y puro. Suprimir la energía sexual es erróneo, desagradable e impuro.
·         Durante la unión sexual existe una unión energética de carne y espíritu, un verdadero intercambio al nivel del cuerpo sutil.
·         El éxtasis, la despreocupación y la alegría son la esencia de la energía sexual en su forma más refinada.
·         Para mejorar tus experiencias sexuales olvídate de las expectativas. Las expectativas son siempre reliquias del pasado. Se manifiestan de tres formas: rendimiento, ejemplificado por la pregunta: “¿Lo estoy haciendo bien?”; sentimiento: “¿Cómo me estoy sintiendo?”; y seguridad: “¿Me amas?”
·         En el sexo, como en todas las áreas de la vida, la resistencia nace del miedo. El miedo es energía bloqueada que dice: “Si me liberas, saldrás lastimado o morirás”. Toda resistencia es mental, pues solo la mente decide qué reprime y qué no. Implica juzgar lo que sientes. El sexo se convierte en problema cuando se mezcla con emociones provenientes del miedo como la vergüenza, la culpa o la ira.
·         La intimidad sexual es el camino para probar o experimentar la verdadera libertad, pues es la única área de la vida donde nos podemos desinhibir completamente y ser libres.
·         La satisfacción sexual acontece cuando la experiencia proviene de la alegría y no de la necesidad. Por lo general, la gente lleva sus conflictos y necesidades a la experiencia sexual. Cuando se tiene sexo para satisfacer necesidades, se convierte en adicción. Pero si el sexo surge de la alegría, lleva al éxtasis.
·         Todos los problemas relacionados con el sexo como neurosis, perversiones, mala conducta sexual, violencia y abuso, tienen su origen en la resistencia, en la supresión y represión, y no en los deseos sexuales por sí mismos. Si podemos descubrir nuestros impulsos, deseos y emociones, sin inhibirlos, impediremos que nos conduzcan a los extremos. El extremismo, en cualquier modalidad, es fruto de la represión, la inhibición y la supresión. La agresión y la violencia son las sombras del miedo y la impotencia.
·         El sexo es un medio para escapar de nuestro diminuto yo, o ego. Para muchas personas, es la única experiencia de meditación.
·         El sexo significativo se apoya en valores. Los valores son personales. Cada situación que conlleva energía sexual implica la totalidad del ser humano y su sistema de valores. Mis valores pueden diferir de los tuyos, y no tengo ningún derecho a juzgarlos. Sin embargo, es importante tener valores esenciales y respetarlos. Sin valores estamos en la bancarrota espiritual. La experiencia sexual nunca causará problemas y siempre será alegre si los amantes comparten sus valores.
 
Estos pensamientos son la piedra de toque de cuanta intimidad puede existir entre dos personas. No son enseñanzas de textos sagrados, sino experiencias personales y verdaderas, que se han repetido de generación en generación. Son la herencia que nos pertenece por ser criaturas sexuales con alma. No existe un programa que nos indique cuando y como tenerlas. Adolescentes enamorados pueden aproximarse a ellas tanto como una pareja con 50 años de matrimonio, que solo tenga sexo por rutina. Como dije antes, todo depende de cuánto deseemos esas experiencias. Si buscas encontrar la gloria en la intimidad, la encontrarás a cualquier edad.
 
En resumen: la verdadera intimidad es la unión de carne con carne, de cuerpo sutil con cuerpo sutil, de alma con alma. La energía sexual es sagrada. Cuando devolvamos la experiencia sexual al reino de lo sagrado, nuestro mundo será más puro y divino.
 
 
Extracto del libro KAMASUTRA de Deepak Chopra
 
 

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