jueves, 4 de junio de 2009

Amor Incondicional



Desde una perspectiva espiritual sabemos que tenemos un suministro ilimitado de amor incondicional disponible para nosotros todo el tiempo. Pero queremos una prueba física de ese amor en el plano material, reflejado para nosotros por los demás y situaciones que prueben que somos dignos de ser amados. Y esto no siempre está ahí. Podemos trabajar duro por ello pero no siempre obtener tanto como necesitamos o queremos. Existen varias razones para eso, de las cuales la más importante es cuando no nos conectamos con nuestra fuente interna de amor incondicional, enfrentamos al mundo con una necesidad de amor sin fondo. Haremos cualquier cosa, o casi cualquiera, para tener esa necesidad satisfecha.
Cuando no nos sentimos amados, apreciados y valorados por los demás también nos sentimos sin poder, olvidando que lo que estamos experimentando solamente es un reflejo de nuestro nivel de auto-amor. Esto es un ciclo que se auto-perpetúa y que nos lleva más allá en la búsqueda de prueba de nuestro valor dentro de cada situación y persona que encontramos, todo eso se nos refleja en cuánto no nos amamos. Y llegamos más y más allá dentro del ciclo porque nadie puede darnos los que todavía no tenemos.
El Universo nos da amor cada momento de cada día, todo lo que tenemos que hacer es reflejarlo y dejar que nuestra necesidad por amor se convierta en un reconocimiento del amor que ya tenemos y somos. Esto nos hace poderosos, una fuerza a ser considerada cuando manifiesta nuestra realidad, haciendo que nuestros sueños se hagan realidad y creando la prueba física del amor incondicional que existe dentro de cada uno de nosotros. Cuando tengamos tal consciencia de cuán maravillosos, amados y dignos de amor somos que reflejamos ese amor al mundo, el mundo responderá enviándonos prueba de ese amor en cada situación y persona que encontremos. Y la necesidad sin fondo será llenada para rebozar y ya no necesitaremos buscar amor porque el amor estará buscándonos a nosotros.

Artículo de Abril de 2008 Por Jennifer Hoffman
Nota: Este artículo es parte de una serie del libro del Arcángel Uriel "Cambiando Nuestra Conciencia

No hay comentarios:

Publicar un comentario